José Manaut Viglietti

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La extensa obra de José Manaut, que comprende un total aproximado de 400 óleos y unos 3.000 dibujos, recibe, evidentemente, la influencia de su maestro, el impresionista valenciano Joaquín Sorolla, quien siempre le consideró uno de sus alumnos predilectos.

Se puede calificar a Manaut como pintor mediterráneo durante su primera época, aunque su técnica fue evolucionando, sobre todo con la influencia de los años vividos en París durante el ferviente periodo de entreguerras y el contacto con otros artistas contemporáneos de distintas tendencias. De todo ello, sintetizó un estilo propio en el que destaca la luminosidad.

Además de pintor, José Manaut es escritor y humanista. Motivado por su compromiso con el arte, jugó un papel destacado en Cultura Popular, una asociación creada por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes con el objetivo de fomentar el conocimiento. El estallido de la Guerra Civil española (1936-1939) llevó a Cultura Popular a trasladar gran parte de su actividad al frente bélico. Manaut y sus compañeros pasaron los años del conflicto repartiendo libros entre los soldados, organizando obras de teatro en las trincheras… El hecho de que sus manos no estuvieran manchadas de sangre hizo que Manaut infravalorase el peligro de la posterior represión franquista. Mientras que la mayor parte de su familia había marchado al exilio, Manaut se creyó seguro en Madrid, donde finalmente fue detenido y encarcelado.

Los años en prisión (1943-1944) supusieron, lógicamente, un suplicio para el pintor, para Ángeles Roca, su esposa, y para sus hijos Ariel y Stella, pero al mismo tiempo dieron origen a 330 dibujos en realizados las cárceles de Porlier y Carabanchel, que Manaut hacía llegar a su mujer envueltos en la ropa sucia y que reflejan su depurada sensibilidad para el retrato, haciendo uso de una maestría casi única a la hora de reproducir personas y situaciones. Estos dibujos, así como los diarios que escribió, son hoy un importante testimonio artístico e histórico del día a día penitenciario en la España de la posguerra.

Pese a los golpes políticos de la vida, Manaut nunca dejó de pintar. El régimen de Franco le retiró la cátedra de profesor, pero él continuó dando clases de Dibujo en el Liceo Francés de Madrid (1946-1966). En este periodo, su pintura se vuelve más social. Si se quiere, más realista. Existe asimismo una evolución importante en su colorido al conseguir, por fin, viajar a Italia y Grecia, lo que le dio pie a escribir la fundamental biografía y estudio técnico de la obra de Ribera, todavía inédita.

En sus últimos cuadros, Manaut, ya jubilado del Liceo y retornado a su Valencia natal, reafirma sus orígenes mediterráneos, su compromiso con la luz y el color, a la vez que da muestra de una pincelada paulatinamente más suelta.

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